Los vínculos se vuelven sagrados

 

El encuentro ocasional con el otro, en la calle, viajando en transporte público, en un café, esperando en un sitio para ser atendida por un tema de salud, en el trabajo, con las amistades, con la familia, pareja, todos son momentos donde ese encuentro puede volverse sagrado (del latín sacratus (consagrado) y del verbo sacrare (hacer sagrado). Puede volverse, volver sobre sí y estar atenta, para que ese encuentro se de con esa calidad de mirada, de real encuentro o comunión aunque sean breves instantes, y es cierto para ello hace falta estar atenta o como dice el Hermano David  Steindl- Rast, estar despierta en su libro "La gratitud, corazón de la plegaria". 

Esos encuentros se viven como si los corazones se hablaran a veces en silencio y otras veces interactuando con el otro en palabras que comunican de verdad.  

Escribe el hermano David: "Cuando las tradiciones religiosas hablan de la vida divina en nuestro interior, se refieren, por lo menos implícitamente, a los más altos grados de una conciencia plenamente despierta; se refieren a nuestras experiencias místicas. Sí, no rehuyamos de este pensamiento. Todos somos místicos. Si misticismo es, por definición, la experiencia de estar en comunión con la Realidad Fundamental (Dios, si nos sentimos cómodos con éste término), entonces ¿quién puede negar ser un místico? ... Así como no podemos reducir la contemplación a los contemplativos, tampoco podemos reducir el misticismo a los místicos; esto significaría destruir las raíces de la vida humana. Poniendo a los místicos en un pedestal, no les hacemos justicia a ellos ni tampoco a nosotros. Parafraseando lo que Ruskin decía acerca de ser un artista, podríamos decir: "Un místico no es una clase especial de ser humano, sino que todo ser humano es una clase especial de místico".  ... p. 95 del libro citado, Editorial Agape Libros. 

Podés conseguir sus libros en este sitio:  https://viviragradecidos.org/libros-del-hermano-david-steindl-rast/ y también aquí en https://www.agape-libros.com.ar/

En síntesis, los vínculos se vuelven sagrados si estoy despierta, en conexión con mi interioridad y desde allí con el otro. Bendecida semana para todas y todos.  

Foto sitio Pexels, autor Andrea Piacquadio 

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