La meditación, la oración y el silencio son experiencias y lugares de confianza interior adonde ir.
Cuando los pensamientos se detienen, aunque sean segundos, hay un lugar de calma, de alivio, adonde ir y quedarse.
Meditar, orar es hacer mi parte, nos ponen en contacto con nosotros, con nuestra interioridad o presencia, con ese amor posible donde no hay miedo, ni culpa, ni juzgamientos.
Como dice una frase: Ayudate y el cielo te ayudara.
Gracias por leer, abrazo luminoso.
Foto: Prasanth Inturi (sitio pexels)
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