Cuando la otra persona no es la fuente de mi alegría, de mi vitalidad interior.
¿Cómo sucede ello? Primero es necesario que la relación conmigo funcione, es decir, no soy perfecto, y aún así me amo? soy sincera conmigo? mi vida tiene propósito?
Cuando empiezo a andar este camino interior y descubro que esa fuente de amor, alegría, de conexión habita en mí, aparece la capacidad de dar, de no esperar al otro para que esa alegría exista en mí.
Este compartir no implica un camino al individualismo, sino un camino de sanación, conocimiento y amor hacia mí para relacionarme desde ese centro con las personas.
Claro que necesitamos de las personas, la interacción nos enriquece, nos ayuda a crecer, nos sirve de espejo para ver nuestras luces y sombras, para seguir aprendiendo. Y también es cierto que hay personas que nos ayudan a potenciarnos. Creo que sirve distinguir si esas personas por sus maneras nos ayudan a focalizar en nuestro potencial o si siento dependencia de ellas porque esa alegría no está en mí.
Si esto último sucede, será cuestión de ir descubriendo paso a paso y siendo compasiva conmigo, qué puedo hacer por mí, cuál es el camino saludable para mí, que personas, prácticas y cuáles conocimientos me ayudan a ir sanando y acercándome a esa fuente que habita en mí y desconozco.
Como todo camino tiene subidas, bajadas, desvíos, y es posible a pesar de todo lo que nos pase, seguir creyendo en nosotros, en la Vida con su abundancia diversa.
Gracias por leer. Abrazo luminoso.