He descubierto que ciertos trabajos o espacios de participación me han brindado una base, una identidad, una pertenencia que me ha ayudado muchísimo. Cuando se siente que eso cumplió un ciclo, a veces cuesta aceptarlo porque se vive como si una parte nuestra se perdiese. Es como estar parada sobre una superficie que dio identidad y mientras se derrumba hay que saltar al vacío, a un espacio que al principio parece vacío pero en realidad ese espacio tiene un camino y posibilidades invisibles.
¿Cómo creer en esas posibilidades invisibles? A veces hay una energía o fuerza suave interior que dice avanza aunque no tengas idea cómo sigue el camino, otras veces, uno se arroja porque no hay otro lado adonde ir, y a veces el malestar interior ayuda a uno se mueva. Quizás las circunstancias de cada uno puedan ser diferentes, sin embargo, puede ocurrir que el denominador común que nos empuja a avanzar sea el malestar, la necesidad de cambio, de libertad.
Tanto lo que se siente como eso que se quiere conseguir: libertad, cambio: son un lugar interior.
Gracias por leer, abrazo luminoso.