No insistir ...

 

 

Cuando algo no funciona, aparece una tendencia posesiva a querer forzar las cosas, las relaciones, las situaciones, a querer que se adapten a  lo que uno quiere. Básicamente, se convierte en no soltar.

Se gana energía al dejar de insistir, de forzar. Cuando se sigue un camino espiritual, interior, hay procesos que empiezan y terminan, a medida que uno va transformándose interiormente también el mundo exterior va modificándose. Es como si una energía interior fuera madurando y entonces necesita el alimento acorde a ese crecimiento. 

Hay alimentos que no resultan acordes a esos cambios, como piezas imposibles de encajar. Es cierto, da nostalgia dejar esas piezas que durante tanto tiempo fueron alimento y ya no lo son, simplemente porque la energía pide otra calidad de alimentos. 

Avanzar sin mirar atrás y despedirse con amor de esas piezas que tanto nos ayudaron en un determinado tiempo a crecer. En ese proceso se descubre que hay muchos alimentos disponibles, infinidad de manjares que pueden resonar con esa energía que se necesita para el momento presente. 

Seguir una dirección, la del corazón, la del bienestar, la que tiende a la alegría serena. 

Gracias por leer.