La oración motoriza la vida o el tercer Ángel.

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Hay días que la oración se enciende apenas se inicia, como un motor que funciona perfecto y lleno de vitalidad. Otros días, en que la oración tarda en sentirse viva, en arrancar, el motor se enciende, pero esta medio dormido, enciende despacio y parece que no va a arrancar pero hay que darle tiempo. Domingo, salgo a caminar por el parque diciendo la oración como meditación, y no pasa nada, siento que la digo en automático, pongo atención y lo mismo, no pasa nada. Sigo diciéndola. Me siento en una mesita al aire libre, cerca de unas plantas y allí pido un café. Estoy sin el teléfono celular, el rosario en la mano, y sigo diciendo la oración. En ese silencio del domingo que esta despertando, el sol hace brillar las hojas verdes de las plantas. Las observo, un punto de atención en las hojas y otro punto de atención en la oración o en el centro del pecho. Y ahí la oración va tomando vida. Observo las personas que pasan caminando, los sonidos de las bicicletas, los pájaros que cantan y en esa calma, la oración aparece desde el corazón, el motor funcionando. Luego de eso, una señora pasa con su perro al estilo Lassie, hermoso con su pelo blanco, negro y unos ojos de bueno, el perro se me acerca y con cariño lo recibo, le pregunto su nombre y la señora me dice: Angel, me resulta significativo. Me voy del lugar con atención e intención al dejar la mesa ordenada, al pagar. Algo dice que pase por la Parroquia de mi barrio. Entro, a la izquierda hay un cinerario, veo a un matrimonio que conozco, los saludo, ellos estan allí por sus familiares fallecidos, y les propongo hacer una oración juntos en silencio, me pongo en el medio y los tomo de las manos. Le pregunto a ella los nombres de su mamá y su papá, él: Ángel. Compartimos ese momento. Nos despedimos, me quedo un rato en la parroquia en silencio. Vuelvo a casa, y algo dice falta un tercer Ángel. Sigo diciendo la oración y con esta sensación especial me siento a meditar en silencio. En la mesita de meditación tengo la figura de un Ángel realizado en un material transparente, lo observo y de repente, por primera vez me doy cuenta que tiene una especie de corazón, como una "bola color blanco". Me causa gracia verlo recién ahora, y encontrar el "tercer Ángel". Las siento señales. Haber iniciado el día con la oración como tan lejana y sin embargo en ese continuar, Dios te guiña el ojo con mensajes como diciendo: Seguí, seguí, no te detengas. Abrazo luminoso, bendecido domingo.