Foto Angela Roma sitio pexels.
La paz interior, el amor verdadero, la plenitud ya habitan en nuestro
Ser, es cuestión de ponerse en contacto con esa interioridad que
ya somos.
Miro con atención la llamita de la velita en mi espacio de meditación
y me doy cuenta que soy esa luz, una llamita que va y viene, se mueve, por momentos
es mas chiquita, a veces es mas grande, mantiene el calor, la luz.
¿Que la alimenta? ¿Qué la hace estar viva?
Hace tiempo, durante una noche de otoño en un retiro, me habían dado una vela delgada
amarilla, el sacerdote se acercó a encenderla y observó que la llama
era pequeña; había mucho viento y entonces era necesario acercar la mano para que no
se apagara y dijo: el Espíritu (la luz interior) es como esta llamita, delicada, se apaga con
facilidad por eso hay que cuidarla/o siempre.
¿Que la alimenta? ¿Qué la hace estar viva?
La práctica de la atención, el silencio, la oración son modos de cuidar
y dejar salir esa luz que ya somos.
Que esa luz crezca día a día en sus corazones.
Feliz Navidad¡¡¡ Gracias por leer el blog.
Gracias a ti por compartir. Felices y santos días de la Natividad del Señor.
ResponderEliminarGracias por leer. Feliz Navidad para vos!!!
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