Foto de Anton Atanasov. sitio pexels.
La consciencia muestra un camino de amor, nos acerca a un modelo
de amor consciente. Cuando el otro interactua desde el amor
consciente se siente en su energía serena, amorosa, de aceptación.
Un lenguaje sin juicio donde la atención esta presente y sobretodo
reina la sinceridad. Cuando interactuo con alguien así es como
recibir un regalo. Ese modo humilde y amoroso
trasmite precisamente una manera, y esa manera dice:
que el amor consciente se puede aprender y requiere atención, práctica constante
de la atención, y escuchar el corazón.
También creo que la conciencia esta en los detalles y compartirlos
puede mostrar -sin quererlo- un modo.
Recuerdo en mi ex trabajo,
les dejé a mis compañeras las claves de mi computadora por si las necesitaban,
mi clave era una fórmula con un lenguaje positivo y
agradecido y en ese detalle había atención.
Claro que cuando nació la clave - no sabía que la iba a compartir-
sin embargo, ese detalle refleja un modo hacia el trabajo que se
hace con otros. Algo pequeño como una clave irrumpe con agradecimiento -aunque sea unos segundos-
en el medio de un tipo de trabajo que puede resultar mecánico para muchos incluso para mí.
Hacer las cosas - con atención o sin atención- impacta en todo y en todos,
y cuando se hacen las cosas con atención se presenta un mundo nuevo.
¿Por qué el deseo de ser consciente? Porque creo que estamos llamados a ser esa luz,
esa plenitud que vive en nuestro interior, estamos destinados a aprender el verdadero amor y aprender a amar.
Gracias por leer y estar. Abrazo luminoso.
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