Foto Alex Demidov. Sitio pexels.
La libertad interior es como una semillita dispuesta a crecer,
pero para ello hace falta descubrirla y luego cultivarla.
Hay experiencias que tienen sus efectos como esos círculos dibujados en el agua, que van de pequeños a grandes
cuando una piedrita es arrojada al raz del lago y con fuerza.
En un retiro esa experiencia trajo distintos significados como una piramide que va subiendo.
Volví a descubrir un camino hacia la libertad interior, un lugar donde todo era posible -en el autoconocimiento y en la aceptación-
un espacio para la comprensión y el amor, que sería casi decir lo mismo.
Abrazo luminoso
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