foto del blog, Luján, Buenos Aires, Argentina.
Ya sea que uno viva solo o se autogenere espacio y momentos para
estar en soledad, a medida que se cultiva esa interacción con uno,
se va afilando la voz interior, la presencia, el ser, y así el lado
luminoso tiene posibilidad de aparecer. Estar en soledad y en silencio
y llevar la atención a la respiración, al centro del pecho, a una
sensación corporal (como sentir el viento sobre el cuerpo al caminar)
son modos de meditar, de dirigir la atención y con esta práctica
dejar salir o agrandar el espacio para que tenga lugar la luz interior.
Gracias por estar ahí. Abrazo luminoso.
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