Tanta belleza ...

Foto de Kostas Exarhos, pexels.com El cielo cubierto de estrellas, el silencio nocturno, un fresco frío deseable, camino de arena, olor a leña ardiendo. Se escucha a lo lejos la fuerza del mar como un rugir constante en la noche oscura y profunda. De cara al cielo y sintiendo esa inmensidad natural arrolladora, confiarse a Dios es como abrirle el corazón al mundo. Encender una vela, escuchar el canto de Kyrie Eleison, y recitar la oración mirando las estrellas es como acercarse al Reino de los Cielos. Tanta belleza abruma. Gracias. Abrazo luminoso.