Descubrí que la paz mental vivida en ...

En un retiro espiritual en Calmayo, Provincia de Córdoba, tuvo relación directa con varias situaciones: no usar el teléfono celular ni computadora, estar rodeada de naturaleza, seguir los ejercicios de cada día. Todo se convirtió en alimento para profundizar la escucha de la voz interior. Hacer oración en soledad o en comunidad, meditar con la naturaleza, facilitaron la suspensión de roles familiares, laborales, entre otros y de repente sentí que no extrañaba absolutamente nada. Apareció ese "ser" y me gustaba. Toda la práctica dirigida al contacto interior sincero empezó a mover la energía y oscuridades. Luego, aparecieron cierta plenitud, alegría sutil y sensación de libertad. Me reencontraba con mi esencia y eso daba paz y confianza interior. Otro descubrimiento fue que al estar en colaboración con la comunidad del retiro, un rol nuevo empezó a asomar -el de hermana- de un modo liviano y agradecido. Volviendo a la ciudad, seguía sintiendo ese alivio mental y emocional. El cuerpo, la voz, la mirada, la energía del corazón estaban renovados, abiertos a la Vida. La conciencia estaba con protagonismo y con su tranquilidad acertiva. Estar sumergida esos días en el crecimiento espiritual y compartir el camino con otros, fue un regalo del Cielo. Gracias por estar. Abrazo luminoso
Calmayo. Córdoba. Argentina