¿Quién está afuera? ¿Quién esta adentro? ¿Hay alguien ahí?



En estos días de cuarentena, empecé a percibir una voz interior. 
Comencé a darme cuenta que no hay nada allá afuera, todo sucede en mi cabeza y ¿qué ideas, pensamientos, imágenes me habitan?

Cuando trabajaba y salía al exterior, estaba stressada, corriendo para todos lados, y todo eso se visualizaba en dolores en el cuello, contracturas, etc.
Ahora en la comodidad de casa, trabajando desde allí, empecé a percibir mi cuello contracturado, entonces…. ¿Que pasó ahora?

Mi manera de pensar, “preocupaciones” generan ansiedad, tensión, eso me lleva a sentir miedo imaginario, incertidumbre, en fin, caos emocional energético que se traslada a mi cuerpo. 
Gracias a que el cuerpo me avisa, empiezo a estar atenta a cuáles son mis pensamientos sobre mi misma, sobre la vida, sobre mis proyectos, sobre los sueños que deseo. 

¿Que me digo a mi misma? ¿Que creencias tengo sobre mí y mi vida? ¿Positivos, negativos?

¿Cuantos pensamientos bellos sobre mí me habitan diariamente? 

¿Que me digo cuando algo no me sale? ¿Soy paciente, me acepto?

En una escuela de filosofías antiguas aprendí que: no se trata de perfeccionismos sino de proporciones. Y como decía Carl Jung: no soy bueno, soy completo.

Veo mis oscuridades, ¿y las abrazo o las resisto? Lo que se resiste, persiste.

Una frase que ayuda es: te acepto con amor y te dejo ir… entre otros recursos…
Mis pensamientos crean mi vida, mis decisiones luego marcan caminos, voy por el camino de abrazar mis dolores emocionales, físicos y sigo … o voy por el camino del rechazo de esas partes mías que no me gustan?

Mi mente polariza: de un extremo al otro, sin embargo, el camino tiene sendas, curvas, desiertos, desvíos, tempestades, soles, amores. Todo es cuestión de proporciones.

Agradezco que elijo un camino donde voy con todo lo que soy, intentando caminar paso a paso hacia la transformación/integración de esos aspectos que son parte mía y de nadie más, ni de un otro allá afuera.
Claro, esto devuelve las cartas hacia mí, mezclo y doy de nuevo, ¿y como voy a darME la partida? ¿Estando a mi favor?
El poder vuelve a mí, y hacia la responsabilidad de qué clase de pensamientos van a habitarme y entonces, qué tipo de acciones van a generar mi camino.

Mis partes responden a los pensamientos, mente-ego, esa personalidad llena de Yoes que se pelean por el primer lugar…
No soy eso, descubro que hay una voz interior (ser, intuición, corazonada inteligente) que me guía siempre sabiamente cuando la escucho.
¿Como hago para dejarla salir a vivir?

 Gracias por estar ahí. Abrazo luminoso.